DINTOLOMA, EL PUEBLO

Siempre quise tener un pueblo al que ir en verano. Cuando era pequeña todo el mundo tenía uno donde bañarse en el río a la hora de la siesta, o subirse a los árboles para jugar al escondite. En mi caso, nunca tuve, porque aunque mi madre era de un pueblecito de Jaén, nunca tuvo una casa ni familiares allí para volver de veraneo. Ahora lo tengo.
El pueblo de la familia de mi marido se llama Dintoloma y está a 400 km de Ouagadougou, cerca de la frontera de Mali. Es un pueblo Bobo, y todos los que viven allí proceden de la misma familia. No hay ni electricidad ni agua corriente, pero es un pueblo pueblo, con su plaza para hacer las tertulias, sus bancos bajo los porches de las casas, y las puertas abiertas de par en par para que todo el mundo entre.
Por fin tengo pueblo.

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