En otra vida, los Gurunsi debieron ser Maestros Chocolateros. Tengo pruebas: cada pueblo de esta etnia parece un decorado de una Mona de Pascua.
Las curvas de las casas, la decoración de las pareden, las formas de las puertas, son auténticas obras de arte que protegen los espíritus de generaciones anteriores que descansan en su interior.
Parece ser que los Gurunsi que ahora viven en el sur de Burkina Faso (en los alrededores de Tiébéle) y en el norte de Ghana, en total unos 200.000 indivíduos, provienen del sur de Sudán. De ahí que conserven algunas tradiciones arquitectónicas próximas a la arquitectura sudanesa.
Las mujeres cada año, al finalizar la temporada de lluvias, pintan las paredes con llamativos colores y formas geométricas con signficados mágicos.
Dormir en los poblados Gurunsi suele ser cada vez más fácil, o menos difícil, puesto que se están abriendo campamentos turísticos muy básicos que lo permiten.
Lo que es un poco menos fácil, o más difícil, es que uno pueda pasearse por los pueblos gurunsi sólo, sin un guía en los talones. Yo intento, al menos preguntarles mucho, animarles a que se formen sobre su entorno. Mi consejo es no elegir a los guías más jóvenes, porque los alentamos a dejar de estudiar y a dedicarse al turismo. Pero eso será tema de otro post.
Las curvas de las casas, la decoración de las pareden, las formas de las puertas, son auténticas obras de arte que protegen los espíritus de generaciones anteriores que descansan en su interior.
Parece ser que los Gurunsi que ahora viven en el sur de Burkina Faso (en los alrededores de Tiébéle) y en el norte de Ghana, en total unos 200.000 indivíduos, provienen del sur de Sudán. De ahí que conserven algunas tradiciones arquitectónicas próximas a la arquitectura sudanesa.
Las mujeres cada año, al finalizar la temporada de lluvias, pintan las paredes con llamativos colores y formas geométricas con signficados mágicos.
Dormir en los poblados Gurunsi suele ser cada vez más fácil, o menos difícil, puesto que se están abriendo campamentos turísticos muy básicos que lo permiten.
Lo que es un poco menos fácil, o más difícil, es que uno pueda pasearse por los pueblos gurunsi sólo, sin un guía en los talones. Yo intento, al menos preguntarles mucho, animarles a que se formen sobre su entorno. Mi consejo es no elegir a los guías más jóvenes, porque los alentamos a dejar de estudiar y a dedicarse al turismo. Pero eso será tema de otro post.
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