Los niños en Burkina tienen una imaginación desbordante. Crean juguetes preciosos con materiales de desecho, dándoles una segunda vida imaginaria. Una lección para los niños Europeos, que se limitan a buscarlos en un catálogo o a elegirlos en un centro comercial.
Con insecticidas y unos alambres hacen un coche, con unos envases de plástico y suelas de zapatos recortadas fabrican un camión... Me sorprendieron estas muñecas creadas a partir de unas hierbas, un palo y retales de tela que encontraban por el suelo.
Geniales.
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