En África son habituales los transportes colectivos. No son los autobuses con horarios ¿fijos?, sino furgonetas o coches con un destino concreto pero con recorrido adaptable, que salen a la carretera cuando están llenas de pasajeros y de mercancías. El concepto "lleno" lo marca el conductor y no responde a la lógica humana, sino a la económica.
En Burkina se llaman "Taxi Brousse" (Taxi Selva), en Ghana se llaman "Trotro", etc. Si tu intención es viajar en ellos, hay que preguntar en cada ciudad dónde se concentran estos transportes por la mañana.
Hay que ir pronto, elegir asiento y esperar a que se llene el vehículo. La espera pueden ser 30 minutos o 6 horas.
Es posible que bajo los pies te coloquen una caja de pescado seco, que tengas que viajar con el codo de un señor encantador apoyado en tu rodilla izquierda, o que hayas pedido ventana y como paisaje veas las gallinas que cuelgan de la baca (ver foto).
En cada parada verás una avalancha de brazos que entran y salen a través de las ventanillas ofreciéndote pan, galletas, maíz, cacahuetes, fruta, agua, bissap. Y podrás echar ligeras siestecitas apoyada en el hombro del señor que tiene su codo en tu rodilla.
Ante todo, no hay que perder ni la paciencia ni el buen humor, porque la experiencia vale la pena. Bienvenidos a África.
En Burkina se llaman "Taxi Brousse" (Taxi Selva), en Ghana se llaman "Trotro", etc. Si tu intención es viajar en ellos, hay que preguntar en cada ciudad dónde se concentran estos transportes por la mañana.
Hay que ir pronto, elegir asiento y esperar a que se llene el vehículo. La espera pueden ser 30 minutos o 6 horas.
Es posible que bajo los pies te coloquen una caja de pescado seco, que tengas que viajar con el codo de un señor encantador apoyado en tu rodilla izquierda, o que hayas pedido ventana y como paisaje veas las gallinas que cuelgan de la baca (ver foto).
En cada parada verás una avalancha de brazos que entran y salen a través de las ventanillas ofreciéndote pan, galletas, maíz, cacahuetes, fruta, agua, bissap. Y podrás echar ligeras siestecitas apoyada en el hombro del señor que tiene su codo en tu rodilla.
Ante todo, no hay que perder ni la paciencia ni el buen humor, porque la experiencia vale la pena. Bienvenidos a África.
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